23.9.06

¿Te conté que las guitarras suspiran?
Cuando bailan los dedos en sus cuerdas
Y cuando el poeta canta
Y entorna los ojos en muda plegaria
Hacia su corazón
¿Te conté que gimen?
¿Que con sus latidos, al alba,
lloran a las pobres almas
que mueren por amor?
¿Te conté que sufren?
¿Cuándo extasiado,
el poeta su alma entrega
a los amantes que el destino unió?
¿Te conté que gritan?
Cuando el poeta sangra,
Rota su pasión,
Y ciego su dolor
¿Te conté que las guitarras rezan con ardor?

Madhuvari

21.9.06

Si la vida fuera un paño
Donde derramar las lágrimas;
Y el sol un mero astro
Con el que nos calentáramos;
Si las montañas fueran sólo
moles de roca y barro;
Y si el corazón no fuera otro
Que un simple órgano acompasado.
¿Qué me quedaría?
¿Cerrar el alma,
con llave y candado?
¿Para que no huyera
ni sentimiento ni gracia,
ni dolor ni llanto?
Y si cierto fuera...
¿Por qué en las horas tristes,
Sigue mi alma volando?
¿Por qué sigue bailando
Aún con los pies destrozados?
Que aunque el aire gima
Con dolor desgarrado,
Y aunque cada respiración
sea puñal envenenado,
yo digo:
¡Aquí estoy porque he venido!
Y con risas me despido
de las zarzas del camino,
de las miradas solemnes
y del juicio del bendito.
Que aunque a muchos mal les pese,
como bien dijo el poeta,
“que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son”.

Madhuvari

16.9.06

El corazón y la Rosa

Había una vez un corazón sin mácula,
Rojo diamante de ternura y ardor.

De día latía con compás de foxtrot.
De noche nocturnos de violín.
Al amanecer, sonatas de tocador.

De una rosa,
Hermosa,
Se enamoró.
Fragante aroma
Y tacto de...flor.

No vio sus espinas.
Ni vio la traición.
Llena su sangre
De honda emoción.

Abrazó la rosa,
Y ésta pinchó.
En la carne más tierna
Con saña mordió.

Ay, ay...pobre corazón.
Que dulces tus lágrimas,
Que dulce el dolor.
Mis espinas te dejo,
Y también la prisión
De conocer al fin
El verdadero amor:
Que no hay rosa sin espinas,
Ni corazón
Que por mucho que amara
Nunca se hirió.

Madhuvari

14.9.06

"Así" (Alfonsina Storni)

Hice el libro así:
Gimiendo, llorando, soñando, ay de mí.

Mariposa triste, leona cruel,
Di luces y sombra todo en una vez.
Cuando fui leona nunca recordé
Cómo pude un día mariposa ser.
Cuando mariposa jamás me pensé
Que pudiera un día zarpar o morder.

Encogida a ratos y a saltos después
Sangraron mi vida y a sangre maté.
Sé que, ya paloma, pesado ciprés.
O mata florida, lloré y más lloré.
Ya probando sales, ya probando miel,
Los ojos lloraron a más no poder.
Da entonces lo mismo, que lo he visto bien,
Ser rosa o espina, ser néctar o hiel.

Así voy a curvas con mi mala sed
Podando jardines de todo jaez.

3.9.06

Si mi maño teñida de rojo
Osara clavarse en la tierra más dura y más yerma,
Con dedos firmes e incansables
Como pequeños gusanos que a su hogar regresan.

Si a mi mano atrevida le siguiera mi brazo,
Y después de éste todo mi cuerpo doblegado,
Incansable, como una raíz que las piedras ignora
Y lucha por agarrarse aún con más fuerza
A la tierra que la aborta.

Y si mi alma se atreviera a comer el sustrato
Que a pesar de ser pobre la alimenta;
Y si dejara que las lágrimas corrieran
Como un río subterráneo de mil caballos desbocados.

Tal vez esta tierra dura y yerma se ablandara,
Y abriendo sus brazos con orgullo me acogiera.

Y tal vez yo entonces,
Dormida y desnuda en su regazo,
Me convirtiera en una insignificante semilla
Que esperanzada y sin prisa
Sólo la lluvia aguarda.

Madhuvari