24.10.05

Del perfume


"Existen fragancias que se conservan durante décadas. Un armario frotado con almizcle, un trozo de cuero empapado de esencia de canela, un bulbo de ámbar, un cofre de madera de cedro posee una vida olfativa casi eterna. En cambio otros -el aceite de lima, la bergamota, los extractos de narciso y nardo y muchos perfumes florales- se evaporan al cabo de pocas horas al ser expuestos al aire. El perfumista lucha contra esta circunstancia fatal ligando las fragancias demasiado volátiles a otras más perennes, como si las maniatara para frenar sus ansias de libertad, un arte que consiste en dejar las ataduras lo más sueltas posible a fin de dar al aroma prisionero una semblanza de libertad y en anudarlas con fuerza para que no pueda huir. Grenouille había realizado a la perfección esta muestra de habilidad con la esencia de nardo, cuya efímera fragancia retuvo con minúsculas cantidades de algalia, vainilla, láudano y ciprés, prestándole así un auténtico valor." (El Perfume. Patrick Süskind)

El olfato es sin duda mi sentido favorito, para mí mucho más directo y penetrante que cualquier otro.
Se puede contemplar la belleza, acariciar un pañuelo de seda con el dorso de la mano, se puede saborear una deliciosa fresa bañada en chocolate (yum ;P), oír una bellísima composición ...pero no hay nada como oler la tierra mojada después de una tormenta, el pelo de un niño recién nacido, o la piel de la persona amada.

El olfato es el sentido que nos hace entrecerrar los ojos y abandonarnos por un momento a la fragancia de una flor; hace que se nos erice la piel, y a veces nos transporta a algún episodio de nuestra infancia, tanto es así que hasta puede parecernos que hemos realizado un salto en el tiempo.

Los olores estimulan alma, cuerpo y mente. Las esencias de flores, maderas y resinas visten mucho mejor que cualquier lujosa prenda. Conectan con la esencia de las personas, con aquello que necesitan, con aquello que anhelan, acariciando suavemente los rotos y descosidos del alma. Tal vez provoquen entonces una sonrisa, una lágrima...quién sabe.

Por eso elaborar un buen perfume es un arte, es tocar las notas apropiadas con el corazón en los dedos y combinarlas de manera que el resultado se asemeje lo más posible a un acto amoroso.

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