
I
No pasearemos juntos hasta tarde
en la noche profunda,
tranquilo el corazón como si amara,
y la luna tan quieta cual brillante.
II
Si en su vaina la espada permanece,
del pecho vuela el alma,
el corazón detiene su respiro,
y Amor mismo descansa.
III
No obstante, para amar se hizo la noche,
y volver pronto el día,
sin embargo, otra vez no pasearemos
a la luz de la luna.
Lord Byron
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