Ahora que aún está reciente el sentimiento de la despedida, y las lágrimas contenidas aún permanecen frescas en el recuerdo, quisiera escribir unas palabras para ti, para que en la noche más oscura y fría me recuerdes y sepas que todos los días pensaré en ti, y desearé que Dios te cuide a cada instante para que no sufras.
Sólo hemos compartido unas horas, pero han bastado para que tú, con todos los años que llevas a la espalda, y yo, con todos los años que aún me quedan por llevar, nos hayamos reconocido como almas hermanas, y hayamos sentido este adiós como si hubiera durado milenios.
Guardaré el tacto de tu mano temblorosa y arrugada en lo más profundo de mi ser, como un bálsamo para esta tristeza y este miedo que a veces me hacen olvidar la Verdad, y en los peores momentos recordaré tu espíritu luchador e íntegro, tu fe, tu mente audaz y tu refinado sentido del humor siempre apunto a pesar del miedo que sé que estás sintiendo.
Para ti este poema de nuestro Martí i Pol. Con todo mi cariño compañero.
No vull conervar res que cridi la memòria
del vent arravatat i dels noms del silenci.
Vinc d'un llarg temps de pluges damunt la mar quieta
dels anys i res no em tempta per girar els ulls enrera.
Tu que em coneixes, saps que sóc aquell que estima
la vida per damunt de qualsevol riquesa,
l'èxtasi i el turment, el foc i la pregunta.
Cridat a viure, visc, i poso la mà plana
damunt aquest ponent que el ponent magnifica.
Solemnement batega la sang en cada cosa.
Tot és camí des d'ara. Faig jurament de viure.
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